La obra de la playa incluyente sigue en la agenda local

Como se pronosticó la obra de la playa incluyente sigue en la agenda local y así será hasta el deslinde de responsabilidades.

Desde su anuncio el proyecto fue polémico e incluso la autoridad municipal ha dicho que pidió de manera institucional que se detuvieran los trabajos para esperar el proceso de transición en aras de transparentar el uso de los recursos y no recibir problemas.

Finalmente la obra se hizo y vaya que generó conflicto legal con varias denuncias por corrupción, procesos administrativos y penales en el órgano de control y evaluación gubernamental, comparecencias de ex servidores públicos y un escándalo que no termina. Lo malo ahora es que el equipo adquirido con fondos federales no se puede usar por estar sujeto a cuestionamientos sobre las formas y tiempos en las compras, los precios, así como otras irregularidades detectadas y plasmadas en la glosa.

Y lo peor es que pareciera que las investigaciones no avanzan ni en la contraloría ni en el Isaf ni en la fiscalía anticorrupción porque después de once meses lo menos que se pudiera esperar es una resolución cuando se supone que hay evidencias contundentes de los malos manejos de 8 millones de pesos.

Mientras, los vehículos se deterioran y no es un asunto menor si se sabe que solo el monta cargas costó un millón 250 mil pesos, el Bob Cat más de medio millón, un tractor un millón 172 mil pesos, la camioneta 920 mil pesos y todo eso está en resguardo de la comisaría de San Carlos sin poderse usar.

Por el bien de las arcas municipales, para mandar un mensaje de honestidad  las autoridades municipales y estatales deben agilizar el curso de los procesos de investigación y deslindar responsabilidades antes de que Guaymas pierda más y no se pueda recuperar nada de la inversión.